La entidad cántabra ha puesto a la venta una cartera de 6.000 millones de euros, conocida como Apple, en activos inmobiliarios. El objetivo es cerrar un acuerdo para su traspaso este mismo mes
La venta permitirá al banco cántabro soltar los últimos activos de su de activos inmobiliarios tóxicos, después de que el pasado verano protagonizara una de las mayores operaciones inmobiliarias de este tipo: la venta a Blackstone de activos que tenían un valor bruto de 30.000 millones de euros.
El fondo norteamericano es un habitual de este tipo de operaciones. En Europa se hizo meses antes con los activos de Bradford& Bingley y en España, tres años antes, adquirió la cartera hipotecaria de CatalunyaBanc por 4.123 millones de euros para que BBVA avanzara en la integración del negocio financiero de la antigua caja catalana.
El Banco Santander optó por la creación de una sociedad conjunta con el fondo estadounidense. El banco participaba al 49%, tal y como parece que volverá a hacer esta vez.
La decisión viene condicionada por dos motivos: la presión de los supervisores, que amenazan con penalizaciones por las nuevas normas de provisiones, y el gran apetito de los fondos de inversión, que se han hecho con 67.000 millones de euros en este tipo de activos en los últimos cinco años.
Fuente: Real Estate Press